| Una breve historia |
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desde 02/07/2004 |
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Los resultados precedentes no eran buenos, y la afición de Argentina lo sabía. Aún así esperaba que su selección hiciera un buen papel en el Mundial, a sabiendas de que los equipos seleccionados para tal acontecimiento eran los mejores del país sudamericano. Pero el sueño duró lo que la fase de grupos, apenas tres semanas en las que a pesar de perder un solo enfrentamiento ante la intratable Portugal, el conjunto albiceleste tenía que hacer las maletas, sobrepasado por el nivel de sus rivales.
Desde el sorteo, los máximos dirigentes argentinos supieron que no iba a ser fácil, y no dudaron en afirmar que el grupo "tenía trampa". Tres europeos, Francia, Holanda y Portugal eran los rivales, y eso significaba que tres de los países con más historia de PcLiga (especialmente Portugal) tendrían que medir las posibilidades de la dubitativa Argentina. Tras haber participado en la Copa América con más pena que gloria, ya que se clasificó para el Mundial como tercera de grupo pero no pasó el corte en el torneo local, era un momento idóneo para que el país gaucho demostrase que podía aspirar al título. La convocatoria de equipos demostraba que sus aspiraciones estaban puestas en la victoria final, camino que debía hacer paso a paso hasta llegar a la gran final.
Para el debut, la suerte había deparado un duelo ante Francia y a pesar de su papel de favorita, Argentina acababa empatando a tres después de que el equipo galo remontase en los dos últimos partidos. La segunda jornada ante Portugal se presentaba como clave, y el rival no podía ser más complicado. El nivel de la selección ibérica hacía que los aficionados albicelestes comenzaran a sospechar que su clasificación iba a estar difícil y que cada punto iba a ser muy importante para posibles futuros desempates. Pero Argentina no cumplió y caía por cinco puntos a dos, dejando sus esperanzas en manos de la propia Portugal. No dependía de sí misma, y los peores temores se confirmaron al conocerse que Francia y Portugal empataban a tres. De nada valía ya la victoria ante una Holanda sin opciones, y que suponía una despedida agridulce de una competición en la que había depositado todas sus ilusiones.
El fracaso de la selección era patente, y a la vuelta de los equipos a sus respectivas ciudades, los aficionadores demostraron su descontento ante las respectivas sedes sociales. Los hechos han provocado que los dirigentes de la federación se replanteen el sistema de convocatoria, y el procedimiento a seguir ante competiciones de nivel internacional. Que vayan los mejores equipos no asegura el éxito, como ha quedado demostrado en la cita mundialista y quizás el secreto esté en otra fórmula. Sólo queda reflexionar y recuperar la moral para volver a empezar de nuevo, porque la próxima Copa América ya está próxima. Ganas no faltarán. |
gusarapo |
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