| Nadie conoce a nadie |
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desde 26/02/2003 |
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Llegamos a casa con los gritos del instituto, las pisadas redundantes de los pasillos de la facultad, los ruidos del trabajo, las miradas de los transeúntes... hay un pc esperándonos en la habitación, a los más afortunados se nos abraza un amante o una mascota se restriega en nuestra pierna. Otros saludarán al dependiente del cibercafé o a ese primo que tiene adsl en casa. Abrimos el Internet Explorer y tecleamos la dirección dejando fluir los dedos; www.pcliga.com
Ya somos mánagers de un club de fútbol, revisando el partido de ayer y preparando el de hoy, necesitamos un jugador que cubra esa banda y sondeamos el mercado en busca de la ganga del día, esta noche nuestros ahorros serán por fin invertidos y una estrella recalará en nuestras filas. La táctica empieza a funcionar por fin, tras doscientas setenta y tres combinaciones fracasadas, los juveniles avanzan a buen ritmo, el líder está ya muy cerca...
El respaldo del asiento te da una palmadita en la espalda, "lo estás haciendo bien, enhorabuena", te dice... bebes otro sorbo de café, en los foros otro manager negocia la venta de los mediocres que no necesita... tú también los tienes... justo antes de no renovar su contrato te sientes un despiadado presidente, pero ¡qué demonios! es sólo un puñado de bytes. Alguien te pregunta por tu crack con un comunicado, le pides una barbaridad (¡faltaría más! los hay con más cara que espalda). Completas tus gestiones, sonríes y reflexionas...
Has hablado o escrito a doce managers entre chat y foros, avanzado un día más la vida virtual de toda una plantilla y jugado con las ilusiones de miles de fans inexistentes; sabes que no existen, ni siquiera esa gente que, como tú, intenta ganar la máxima cantidad de partidos posibles y situar a su equipo en lo más alto de la tabla. ¿Qué más te da? Has pasado el rato, te has sentido director de masas, los demás no son compañeros, son rivales. Quizás alguno sea tu amigo... pero no mientras estáis en PcLiga.
Alguien te llama para cenar, o te levantas a prepararte la comida tú mismo, con aire presidencial cierras las ventanas con clics ametralladores. Noriega estaba perdido, tú lo dominas todo. Te gusta competir, te gusta jugar, no importa quiénes sean, a fin de cuentas les vas a ganar. |
Panoco |
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